miércoles, 17 de febrero de 2016

JULIO ROMERO DE TORRES: la expresión del folclore andaluz







Julio Romero de Torres (1874-1930) fue un pintor nacido en Córdoba. Su padre, Rafael Romero Barros, también era pintor y director del Museo de Bellas Artes de Córdoba. Julio comenzó su formación en pintura y música a los diez años, bajo la tutela de su padre en la Escuela de Bellas Artes de Córdoba.


Participó activamente en la vida cultural cordobesa de finales del siglo XIX y posteriormente de la madrileña pues se trasladó a la capital donde, además de su trabajar en su estudio, fue profesor en la Academia de Bellas Artes de San Fernando. En Madrid se integra en el círculo de Valle-Inclán y frecuenta la casa de los Machado, estrechando su amistad con Manuel. También participa en la tertulia del Café de Levante junto a Zuloaga, Ricardo Baroja y Gutiérrez Solana.


Romero de Torres comienza practicando una pintura de carácter regionalista, para posteriormente desarrollar una estética simbolista y desembocar, a partir de 1912, en un estilo totalmente personal que sintetiza el sentir popular andaluz y su folclore con la tradición del renacimiento italiano.

Sus obras están cargadas de un halo de poesía y misterio que plasma mediante composiciones equilibradas con un dibujo preciso y en las que utiliza colores azulados, verdosos y especialmente los negros. 


LA FUENSANTA


LA CHIQUITA PICONERA

El principal tema de sus pinturas es la mujer andaluza, a la que muestra en un primer plano, detrás del cual representa escenarios paisajísticos, en los que suele incluir elementos arquitectónicos y pequeñas figuras, todo ello cargado de un gran simbolismo.




La mayor parte de su obra se encuentra en Córdoba en el Museo Julio Romero de Torres, reunida gracias a las donaciones de su familia y de coleccionistas o compradas por el Ayuntamiento. Otras obras pueden contemplarse en el Museo Carmen Thyssen de Málaga.




ROMERO DE TORRES Y EL FLAMENCO

Su admiración por la guitarra y los cantes flamencos, lo animaron a participar en el concurso de Cante de las Minas en la Unión de Murcia en el que actuó como cantaor cuando tenía 20 años, aunque no obtuvo éxito y decidió seguir con su carrera de pintor, nunca perdió su pasión por el flamenco y el tema formó una parte importante de su producción pictórica.




LA CONSAGRACIÓN DE LA COPLA

El cante” aparece como símbolo del flamenco andaluz, la magia de la copla y los palos del cante flamenco, se representan en escenas alegóricas, además en sus retratos rinde homenajes a antiguas cantaoras y a las más grandes artistas flamencas de la época. Incorpora la guitarra, como símbolo de Andalucía, tierra de nostalgia y alegría.

  NUESTRA SEÑORA DE ANDALUCÍA

Romero de Torres es un pintor “hondo” como el cante que tanto amó.  En una ocasión comentó: "Si me hubiesen dado a escoger entre la gran personalidad de Leonardo da Vinci –por el que siento una admiración que lo reputo como el primer pintor de la historia– o la de Juan Breva no habría vacilado. Yo habría sido Juan Breva, es decir, el mejor cantaor que ha habido…".

Su afición jonda, la llevó a los lienzos, dejando en ellos plasmados al Rey de las malagueñas al que idolatró, a su musa Pastora Imperio, a la Trini y su nieta o la Niña de los Peines.

CANTE HONDO

ALEGRÍAS

LA SAETA


MALAGUEÑA


CARCELERA


LA GUITARRISTA


DORA LA CORDOBESITA


LA ARGENTINITA


CONCHITA TRIANA


LA NIÑA DE LAS SAETAS


LA NIÑA DE LOS PEINES


RAQUEL MEYER


PASTORA IMPERIO




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